miércoles, julio 26, 2006

Rentera insistente

A mis tíos maestros les dieron unos pases para unas albercas, pero no quisieron ir, así que nos los dieron a nosotros. Ando con mis hermanos y mi papá, me meto a una alberca para cruzar y no entiendo porque no lo hice por fuera. Nikki me comenta que su compañero Chuy, le dice algo de que mostraba su ropa interior en el trabajo, y yo supongo que ella estaría sentada y él pasó asomándose livinidosamente por detrás del pantalón.

En mi casa veo que está la rentera cerca de los baños de abajo, la excusa es que quieren pintar el techo de la cocina y me enfado porque no entendieron, con la plática de la vez pasada, que están tratando con adultos y no con niños, que no deben de meterse a la casa cuando se les antoje.

Le reclamo acerca de que el teléfono no funciona y me comenta que lo mismo pasaba con ellos, a otra señora que anda con ellos le digo que me enseñe a usar el horno, pero termina saliéndose por la tangente diciendo que mejor no lo usemos porque no funciona. Afuera hay una máquina de construcción parlante, como un robot al parecer, que está de nuestro lado y advierte a la rentera que es mejor que se vaya o la casa será demolida, que es lo único que hace que salgan de la casa porque no me hacían caso.

Un loco entra a la cochera y me pregunta acerca de cuando será la próxima visita de la rentera, le pregunto el porqué del interés y se queda callado un tiempo, luego responde que él es hermano de ellos, entonces como nunca sale cuando le digo, lo saco a la calle a la fuerza, en éso me doy cuenta de que un vocho rojo está estacionado afuera de la casa, tiene la puerta del piloto totalmente abierta y alguien está en el asiento del copiloto.

Veo que el loco se acerca a la puerta del carro, y rápidamente me acerco para cerrarla, descubro que quien está del lado del copiloto es mi hermano y está todo golpeado de la cara, la boca y el mentón son de color rojo y naranja totalmente. Volteo a ver al loco y pienso que el fue el responsable así que lo agarro y lo dejo en medio de la calle mientras se ve un carro que se aproxima, le digo que moriremos en medio, termino por tomarlo con ambas manos de la boca y con mucha furia le arranco la mandíbula dejándolo tirado en medio de la calle.

Ricardo empieza a hablar con dificultad y me dice que fue el señor de las maquinitas, que están cerca de la casa de Wela, fue quien lo golpeó así. Sigo enfurecido y nos dirigimos hacia el local, entrando le hablo y empiezo a estar consciente de donde estoy, así que decido que antes de levantarme por completo debo de vengar a mi hermano y decido darle uno buenos golpes al ruco pero ya consciente no soy tan violento.